CULTURA EN LA ERA TECNOLÓGICA:
Era tecnológica:
Los siglos XX y XXI han
sido una verdadera revolución tecnológica, distintos cambios y avances
gigantescos colocan a estos dos importantes siglos como la era de la
modernización mundial. Los multitudinarios avances presentados en esta época
demuestran lo anterior, la tecnología ha invadido todos los rincones del
planeta y nos seguirá brindando ayudas para suplir nuestras necesidades
intelectuales.
La humanidad se encuentra
en el inicio de una nueva época, en la que está perdiendo importancia el
trabajo físico que requirió la revolución industrial al mismo tiempo que
adquiere mayor importancia el trabajo mental que necesita la nueva revolución
tecnológica.
El esfuerzo físico ya ha
pasado a un segundo plano, imperando la tecnología y el buen desenvolviendo que
los seres humanos hemos tenido frente a ella.
La revolución de la
informática, la neurotecnología, la biotecnología, las nuevas fuentes de
energía... introducen cambios tan vertiginosos en las formas de vivir, de
trabajar, de pensar, de relacionarnos, que las sociedades en las que vivimos
serán irreconocibles dentro de unos años. Pero no se trata sólo de una cuestión
de ritmos, de velocidad en la aplicación de estas tecnologías, sino de la forma
en que la ciencia y la tecnología calan en la sociedad, en nuestras formas de
entender el mundo en el que vivimos. Es el caso de las técnicas de reproducción
asistida, que modifican el concepto de familia tradicional, y que con la
intervención de material genético de donantes o la incorporación de "una
madre de alquiler", se desdibujan los límites biológicos de la familia a
favor del lazo socio-cultural y afectivo que se crea en la convivencia entre
"hijo" y padres. Conceptos tan primarios y cercanos como son la
"maternidad", "paternidad" o "familia" se ven
afectados por el impacto de la tecnología sobre la reproducción humana.
En esta sociedad denominada por algunos sociólogos*
como la "Sociedad Tecnológica Avanzada", la ciencia y la tecnología
son importantes factores de cambio y conformación social. A la par que se
modifican los sistemas de producción, con la aplicación de sistemas automáticos
de trabajo y robots industriales, se transforman los modos de interaccionar y
de organizarnos social-mente. Ahora tenemos nuevos "compañeros de
trabajo", ordenadores y robots que nos facilitan el desempeño de nuestras
tareas, y que reemplazan a trabajadores de "carne y hueso" con los
que hasta hace muy poco trabajábamos codo con codo. Estos puestos de trabajo
han ido deslizándose hacia nuevas ocupaciones, de forma que aunque se pierden
unos, aparecen tareas más especializadas que requieren de una mayor
cualificación y una mejor comprensión de las tecnologías.
Al mismo tiempo que se dan
logros positivos (mejora de la salud, aumento de la calidad de vida, mejores
condiciones de alimentación, control de enfermedades...), las tecnologías
suscitan temores e incertidumbres, aumentan también las desigualdades sociales
y aparecen nuevas formas de poder, cuya riqueza se basa en el conocimiento.
Nos encontramos tan
inmersos en la cotidianidad de los cambios que se nos hace difícil tomar
conciencia del impacto que la ciencia y la tecnología tienen en la sociedad.
Cultura:
Durante las pasadas
décadas cambios económicos, tecnológicos y socio-políticos han transformado las culturas
del mundo. El mundo ha ido cambiando gradualmente sus actitudes sobre la educación,
el matrimonio, el divorcio, el aborto, la homosexualidad, sus creencias y
prácticas religiosas, los issues que causan conflicto político y los incentivos
que motivan a la gente a trabajar. Aunque las culturas cambian en respuesta al
ambiente, éstas a su vez transforman el ambiente a su alrededor. Los efectos de
la globalización ofrecen perspectivas útiles por las cuales se puede evaluar el
impacto de la cultura en el desarrollo nacional e internacional. La
globalización no sólo aumenta la sensibilidad hacia las diferencias, sino
también hacia las interdependencias (Shanker, 1998).
La cultura abarca
símbolos, significados, valores, instituciones, conductas y todos sus
derivados, que caracterizan a una población humana identificándola y
distinguiéndola de las demás. La palabra cultura lleva consigo su propio peso de
asociaciones en lenguajes y tradiciones diferentes.
La cultura es una forma
de vida como también lo es el contenido de las bibliotecas, de los museos,
de los códigos de conducta religiosos y morales, etc. y se ha convertido en un
término que describe la vida social de los individuos. Esta provee: lentes de
percepción y cognición (cómo las personas perciben su mundo); motivos para la
conducta humana; criterios de evaluación (bueno/malo, feo/bonito,
terrorista/defensor de la libertad); bases de identidad (religión, etnia);
modos de comunicación (lenguaje, arte e ideas); bases de estratificación
(clase, rango, género); y sistemas de producción y consumo (Mazrui,
1990).
La cultura es más que una
abstracción, consiste también de un sistema de símbolos distintivos junto con
artefactos que capturan y codifican las experiencias importantes y comunes de
un grupo. Significados simbólicos distintivos e importantes y valores se
desarrollan alrededor de la información, de su uso y de su estructuración en
cualquier grupo cultural. Cuando el acto de diseño estructural traslada
la información en productos o artefactos de aprendizaje, ese artefacto
incorpora influencias culturales como el punto de vista del diseñador
instruccional, sus valores, ideologías, cultura, clase social y género y su
compromiso con un paradigma en particular. Todos estos factores culturales que
interactúan tienen una importancia particular para la difusión y la eficacia en
el uso de la información, la comunicación y los sistemas de aprendizaje como la
"web" o red electrónica, y los productos y materiales de
aprendizaje provistos en esos sistemas (Wild, 1999).
Aunque los pensadores económicos creen que han construido modelos de mercados
libres de valores, sus ideas fueron formadas por sus propias condiciones
sociales y culturales. La mayoría de las personas a través del mundo se aferran
a sus valores anclados en sus sistemas culturales. Por eso, es esencial mirar
de cerca el rol que juegan esos valores en el desarrollo económico y
tecnológico de los países del mundo. Una estrategia de desarrollo sólida
requiere un examen crítico de los valores a la luz de las necesidades humanas
modernas, que lleve a la formulación de metas para un desarrollo que sea
apropiado a las personas en cuestión. Lo importante es definir esas metas
considerando cómo las fortalezas de esa cultura, visibles o latentes, se pueden
explotar para lograr esas metas.
El desarrollo humano completo es imposible si sus valores esenciales
son excluidos. Los logros económicos, políticos, técnicos y culturales no
agotan los triunfos creativos de los cuales los seres humanos son
capaces. Antes se creía que las diferencias culturales se desvanecerían con la
embestida de la modernización. Pero la globalización ha sido acompañada del
resurgimiento de las tradiciones culturales locales y de la creciente
comprensión de que hay algo más para las sociedades y la conducta humana que la
tecnología y la economía. Las culturas locales juegan un papel importante en
guiar la acción humana y en mantener unida a la sociedad.
A pesar de la globalización, las compañías que utilizan el comercio electrónico
no pueden ignorar la cultura, las costumbres y el sistema social del país donde
está expandiendo su negocio. La localización del comercio electrónico envuelve
no solo la traducción del lenguaje sino también la adopción de las culturas
locales de los sistemas sociales (Casey, 2001). Meshkati (2002) concluye en su
estudio de transferencia de tecnología, que las teorías y modelos de análisis
de la conducta que se desarrollan en un país reflejan las características de
ese país y puede que no se puedan aplicar completamente a otros países. Por lo
tanto, una organización que transfiere tecnología a un país con una cultura
diferente debe intentar adaptarse completamente a las dimensiones culturales
del país anfitrión.
El desarrollo es un
proceso continuo que incluye a la tecnología y ninguna cultura, sociedad e
individuo están exentos de éste. Ese desarrollo es un proceso recíproco que
involucra a todos y que obliga a las culturas a transformarse y a la vez hace
que los sistemas de valores se prueben y que la gente del mundo enriquezca sus
puntos de vista. Las personas necesitan la cultura. Ser capaces de
decidir juntos cómo vamos a vivir colectiva-mente en el sentido más amplio, qué
vamos a valorar y qué vamos a creer, qué sentido le vamos a dar a nuestra vida
cotidiana. Los discursos sobre la cultura y la modernidad sugieren que los términos
culturales de modernidad no son fijos, sino que están abiertos a cambios y a
retos. Las culturas locales ciertamente se van a transformar y se van a
beneficiar de las culturas del mundo pero lo harán bajo diferentes condiciones
que apenas estamos comenzando a comprender.
Tecnología:
La tecnología, como parte
del ambiente humano, está siempre ligada a la cultura. Esta no solo incluye
métodos de sobre vivencia y de producción, sino también la creación del
lenguaje, de los sonidos, del arte, etc. Su naturaleza es ambivalente, pues
acelera la transferencia de información y de conocimiento, y crea nuevas
preocupaciones y problemas como lo son la amenaza de las armas nucleares,
la erosión del ambiente y el uso de los "clones" (Atkinson, 1999).
Los medios de comunicación
en masa y la computadora, unen al mundo a través de sus redes, pero eliminan lo
que es específico y retan la sobre vivencia de las culturas que son el corazón
de todas las sociedades. El mundo está unido de muchas maneras a través de la
tecnología. El dinero, las ideas, la información, el conocimiento y las
imágenes se mueven a través del mundo casi instantáneamente. La transferencia
de la tecnología se ha acelerado por el uso de las computadoras y de los
satélites. Cada momento en la historia y la complejidad de la vida social se
abren a una pluralidad de interpretaciones que suceden dentro de distintas
trayectorias. Esta diversidad prueba la resiliencia de la sociedad. La sociedad
se transforma y se adapta a los cambios en la tecnología. La tecnología es
conocimiento aplicado social mente y los valores y las creencias de esa sociedad
son los que influyen en los efectos de esa tecnología (Westby & Atencio,
2002).
El desarrollo económico
exige aumento en la producción y esto requiere tecnología científica. De
acuerdo a Shanker (1998), la ciencia y la tecnología son la base del poder, la
clave de la prosperidad, simultáneamente son un instrumento culturalmente
poderoso que disuelve no solo la resistencia física sino las actitudes de vida.
La preocupación mayor de nuestros ancestros era sobrevivir y tener albergue.
Esa preocupación permea hoy en día, sea en el Caribe o sea en África. Desde
esos tiempos inmemorables hemos adaptado innumerables tecnologías. La
diferencia hoy día es la forma acelerada que estamos manufacturando
conocimiento, y el impacto creciente que tiene esto en las personas y en las
familias (Hughes & Hans, 2001).
En el sistema global donde
las distintas culturas y lenguajes separan al mundo, la tecnología es un
elemento cohesivo poderoso que las une. Como la tecnología es un sistema de
símbolos potente, es potencialmente una forma de comunicación efectiva.
Personas que no pueden hablar el lenguaje de otras personas, pueden
intercambiar, entender y aprender de los sistemas y diseños tecnológicos de
otros. El enfocarse en la competitividad nacional o individual no va a
conducir, a largo plazo, a motivar el aprendizaje y a promover logros. Tampoco
la competencia es un marco de referencia efectivo para trabajar con personas de
distintos países donde los issues de: escalas apropiadas, tecnologías
ambientales no invasivas, y la colaboración con las culturas oriundas y las
tradiciones tecnológicas son mucho más pertinentes que consideraciones de
comercio internacional (Pretzer, 1997).
La tecnología y su
interacción con otros sistemas técnicos y con factores económicos, sociales y
ecológicos se ha convertido tan compleja y tan ínter relacionada entre sí, que
las compañías, industrias y naciones tienen que cooperar en muchos aspectos.
Las compañías internacionales han aprendido que la cooperación es un
elemento importante en el sistema competitivo. Alianzas, sociedades y
colaboraciones, todas requieren supuestos compartidos y la habilidad de
comunicarse, aunque cada cual persiga agendas diferentes (Pretzer, 1997).
La historia de la
tecnología refleja la historia de la humanidad y revela una relación profunda
entre incentivos y oportunidades, y condiciones socioculturales. Para
cualquier desarrollo tecnológico tiene que haber un envolvimiento social:
recursos, necesidades y un gesto solidario (carácter común a un grupo de
individuos que pertenecen a una misma sociedad).
El conocimiento
tecnológico en sí no es suficiente, lo que es crítico son las metas, los
valores y los principios para los cuales el conocimiento es usado. Hay que
reconocer que sin humanidad y sin valores no puede haber aprendizaje verdadero
ni desarrollo de la sabiduría (Goleman, 1995). La meta final de la educación
tiene que ser una sociedad más justa, equitativa y participativa, no una
sociedad de individuos más proficientes técnicamente. Hay que promover la
capacidad de las personas de ser seres pensantes, que sean capaces de criticar
y de retar, de crear y de superar. La enseñanza de la tecnología debe centrarse
en el amor por los seres humanos y no meramente en el esfuerzo de extender las
habilidades humanas y su dominio sobre la naturaleza. Esta debe desarrollar
modos de pensar que apoyen la justicia entre las personas, el respeto hacia el
ambiente y promuevan el bien común (Pretzer, 1997).
La tecnología tiene un
beneficio genérico de resolver los problemas de la era moderna. Esto implica
que puede resolver cualquier tipo de problemas cuando no es así. La tecnología no puede resolver problemas como la guerra, el racismo y el hambre.
Algunas veces se piensa que la tecnología nos guía directamente hacia
beneficios humanos. Se confunde el progreso tecnológico con el progreso humano
(Postman, 1992). Esas técnicas de solución de problemas usando la tecnología
muchas veces ignoran la cultura, la política, la economía y lo irracional. Al
concentrarse en resolver el problema, se des enfatiza en las interacciones
humanas y en los procesos sociales de definir los deseos y las necesidades y
promocionan la idea de que la tecnología nos lleva directamente a mejorar a la
humanidad.
Conclusiones:
Cada día la tecnología
demanda más de nuestro tiempo y de nuestras prioridades, distorsionando las
relaciones de nuestro mundo (Westby & Atencio, 2002). La sociedad aprecia
los beneficios de la tecnología de "Internet (mejores servicios de salud,
acceso rápido a la información, oportunidades de entretenimiento, sistemas de
información para personas con impedimento) pero se preocupa por el lado negativo
potencial de la tecnología (pérdida de privacidad, pérdida en destrezas de
comunicación interpersonal y páginas electrónicas que promueven la intolerancia
y la violencia). En esta era de las computadoras, Westby y Atencio (2002)
explican que tanto los te-rapistas, como los educadores y los padres, tienen que
entender que las computadoras son endémicas en la cultura de los niños. La
tarea es mantenerse a tono con las necesidades de los niños y acoger las
actividades mediadas por la computadora como un medio relevante de transmisión
cultural cuando sea apropiado.
Hoy día el uso de las computadoras está creando nuevos valores y nuevo lenguaje
(Hughes & Hans, 2001). El lenguaje técnico de las computadoras cambia
nuestro argot o vocabulario rutinario. Ya no conversamos sino que
"chateamos," no imprimimos sino que "printeamos," ya no
enviamos documentos por medio de facsímiles sino que "faxeamos."
Además, existe un "grillete" del siglo veintiuno llamado el teléfono
celular. Ya no se corteja a la usanza de siglos anteriores sino que se corteja
por la "Internet." Navegamos sin mojarnos con el uso de la misma.
¿Cómo cambia esto nuestra cultura y nuestra forma de ver y analizar las cosas?
Nuestras próximas generaciones podrán sumar y restar sin necesidad de una
calculadora o computadora? Ya no tendremos que usar los dedos de las manos para
aprender a sumar y restar como cuando éramos niños? ¿Nuestras culturas cambiarán
radicalmente? ¿Oiremos la misma música, la salsa o el son cubano? ¿Inventaremos
nuevos instrumentos, o solo se oirán los digital-izados? ¿Dejaremos de sembrar
en la tierra? ¿Continuarán las guerras biológicas y las armas nucleares? Solo
el tiempo responderá estas preguntas.
Postman (1992) exponía que una vez que la tecnología era admitida a una
cultura, hace lo que se supone fue diseñada para hacer y que nuestra tarea es
entender cuál diseño es ese; que cuando admitamos una nueva tecnología a la
cultura, lo hagamos con los ojos bien abiertos. Por tanto, hay que crear
consciencia de que el uso de la tecnología tiene que ser en bien de la
humanidad y en la conservación de nuestra cultura y de nuestros valores, no
importa el país que sea. Tenemos que conservar la ética, aunque no nos veamos
por la "Internet." Necesitamos conservar, preservar y defender la
paz, aunque no tengamos fronteras comunes; seamos países desarrollados o menos
desarrollados y respetar esas diferencias. Tenemos que usar la tecnología a
nuestro favor para preservarla. No empecé a la tecnología, nuestras culturas
sobrevivirán pues la cultura vino primero.